Todo comienza con una mirada II
Son los ojos del chico nuevo. De aquél que se encuentra en la última fila, con una mirada desorientada tratando de seguir los pasos que le iban marcando. Al mirarlo noto su confusión. Fija la mirada y frunce el seño tratando de concentrarse. Al estar yo en la primera fila voy observando a todos los del grupo para ver como sale la coreografía, era imposible no quitarle la mirada. Pasan los ensayos. Hay más comunicación, se integra más al grupo, charla conmigo y con los demás, se ríe. En una de las coreos en parejas toca ensayar con él, es inexplicable contarles lo nervioso que estaba, no por el hecho de tener que bailar conmigo sino que él tenía miedo de hacer mal las cosas, de tirarme de los trucos si no salían bien... en fin inseguridades cuando uno es principiante. Empezamos a compartir más, hicimos un grupito. En distintas charlas notó un cierto interés de mi parte, en su momento no me daba cuenta pero me importaba tanto que trataba de estar con el siempre. Sí, por momentos me sonr